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Hacer dieta no es tan fácil como pensamos, incluso si se trata de la dieta disociada. Hay gente a la que le cuesta mucho más hacer dieta que a los otros, depende de la forma en la que se plantee el tema. Muchas personas temen que después de hacer una dieta profunda, vayan a tener que pasar por el tan temido efecto rebote. Por ello las cosas son tan complicadas, porque si no haces dieta no adelgazar pero si la haces, puedes volver a engordar cuando la dejas. Conclusión: hay que hacer una dieta que te permita adelgazar poco a poco y no de golpe, además de hacer dieta tienes que  cuidarte y cambiar tu modo de vida, algo que es del todo imprescindible.

La dieta disociada es un tipo de dieta que separa los alimentos. Se basa en un principio básico que es el de no mezclar los carbohidratos con las proteínas de la carne. Un ejemplo básico es que por ejemplo, si comes un plato de macarrones no puedes comer un bistec de ternera; cuándo comas una cosa no puedes comer la otra y viceversa. No obstante, estos alimentos pueden ser ingeridos junto a las verduras, algo que hace que no pases hambre.

Esta dieta disociada no nos hace pasar hambre ya que no restringe las cantidades de los alimentos, sino que se basa en su separación. Por ello si un día te quedas con hambre y quieres comer doble ración de verduras puedes hacerlo. Según esta dieta es la combinación de los alimentos lo que hace que nos engorden y por ello debemos tener mucho cuidado con no hacerlo de forma que podamos adelgazar sin problemas. Además, para que esta dieta luego no tenga efecto rebote, la tabla en la que nos tenemos que fijar tiene unos alimentos que podremos ir incorporando poco a poco, por lo que el cambio no será drástico.